martes, 8 de enero de 2019

LA COLUMNA DEL MEDIO

La Columna del Medio

Si, la misma, aquélla que no es visible pero si tangible, aquélla que resulta del equilibrio de las otras dos, la de la derecha y la de la izquierda, la de la Misericordia, de la bondad, la que entrega; y, la otra, la de la izquierda que representa el rigor, el ajuste, la severidad, para que de esa forma la energía manifestada como dualidad de la esencia proveniente del Uno, del Todo, encuentre su punto medio, se equilibre, para que lo manifestado sea armonioso, duradero y bello.



Así como existe la dualidad, manifestada en el mundo material, físico, palpable representada por la Beth del alfabeto hebreo, equivalente al número 2, existe también, un plano no material, espiritual con sus leyes manifestadas en el Ser a través de la mente del Subconsciente, inspiradas por el Alma, el soplo divino en nosotros. Equilibrio perfecto entre el cielo y la tierra. Como es arriba es abajo como es abajo es arriba. El Arquetipo Humano realizado plenamente.

Como consta en nuestros anales, nada de lo creado en el universo tiene permanencia sino está sustentado por la Sabiduría - Salomón, y puesto en acción por la Fuerza - Hiram de Tiro y Adornado por la Belleza - Hiram Abif.


En el Templo erigido por Salomón, bisnieto de Boaz, solo se ve dos columnas, B y J, pero sabemos y reconocemos que hay una tercera para que el triángulo esté completo. Complementado este estudio con las enseñanzas de Kaballah y teniendo en cuenta el ordenamiento de las Sephirot en el Árbol de la Vida, la de la derecha correspondería a la Sephirah KESED, Misericordia, Sabiduría, es decir al patriarca Abraham; la de la Izquierda, GUEVURAH, Rigor, Fuerza a Isaac. La del medio, TIFERETH, belleza, corresponde al patriarca Jakov, que no solo adorna, sino que su significado es mucho más amplio. La belleza concebida como la unión armoniosa de las partes, donde las proporciones constituyen un todo equilibrado, donde las formas se expresan en cánones que resultan insustituibles, donde ni un solo átomo adicional cabe en esa representación, en ese espacio.
De este modo, por la armonía de los contrarios, El Creador ha diseñado el Universo. Este vasto Universo material no es todo lo que existe, es decir, lo que conocemos, percibimos o internalizamos en nuestra conciencia, a través de nuestros sentidos objetivos, expresado en tres dimensiones, seria únicamente lo real, solo porque es palpable, medible o cuantificable.

El equilibrio al que el Hombre Justo, el Hombre sabio, se atiene, en el que pone todos sus esfuerzos intelectuales y espirituales sobrepasa las emanaciones de las dos columnas, la de la misericordia por un lado y la del rigor por otro, generando armonía, equilibrio, entendimiento, creatividad y conocimiento, que se expresa en nuevas ideas, en nuevos enfoques, interpretando el lenguaje simbólico, para poner en práctica los conocimientos adquiridos por la intuición, la inspiración, como lo han realizado los que han contribuido con el progreso y adelanto de la humanidad en los campos de las ciencias y de las artes.


Teniendo en cuenta lo antes dicho, adelanto la idea de que las tres llamadas dimensiones del mundo material no explican, ni son capaces de explicar por si solas, nociones a las que nos hemos comprometido en nuestras primeras palabras de postulantes como profanos. Estoy aludiendo a la declaración que hacemos de creer en un solo Dios, el G:.A:.D:.U:. cualquiera fuera el nombre que se le dé, o la percepción, experiencia o realización, aunque parcial, leve o tenue de esa divina entidad, que no tiene peso, que no se mide, que no tiene alto, ni largo ni ancho, que no posee textura alguna, pero es tan real o más que lo que vemos expresado o manifestado en el mundo material sea en el macrocosmos o en el microcosmos.

Lo mismo puede decirse del otro concepto que reconocemos al presentar nuestra solicitud de profano para ser admitido a nuestra augusta institución, me refiero al Alma. Declaramos que creemos en la inmortalidad del Alma. Noción que no es más que una derivación del primer postulado, si creemos en la existencia, imanencia y trascendencia de un Único Dios Universal, surge como necesidad inherente a la existencia divina, la existencia del ALMA, como parte de la Luz Divina manifestada en nuestro propio ser, es decir el Hombre, como Ser Dual en su verdadera naturaleza, poseedor de un cuerpo físico y una Alma y trino en su manifestación.

Por lo antes mencionado, podríamos preguntarnos, el alma, la divinidad, tienen peso, se miden, tienen anchura, grosor, altura. Más aun, podríamos preguntarnos más incisivamente, si tuvieran esas cualidades, entonces tendríamos un dios de barro, de piedra, de cerámica, de vidrio, de madera, etc. ; y, ese concepto atendería a nuestras inquietudes, nuestras interrogantes, nos daría satisfacción emocional, sentimental, espiritual y mismo científica?

Por ello, el significado de la Tercera columna va más allá de lo visible y es la elevación non plus ultra del conocimiento, diría es la misma sabiduría, para lo cual hemos sido llamados, convocados, a la escuela donde se imparte o debe impartirse la sabiduría y el conocimiento, pues no habrá aula universitaria que dispense ese conocimiento, que sirva para erradicar el error, la superstición y el temor.

En el taller el Venerable Maestro, en el simbolismo planetario astrológico corresponde a Júpiter, Maestro de los Cielos, es quien establece el equilibrio, la armonía entre dos fuerzas singulares, representando la Sabiduría, la orientación espiritual del taller y los trabajos que en él se realizan.






M:.M:. Alfredo Rondon Castro
R:.L:.S:. Delfos No. 3
Serenísima Gran Logia del R:.E:.A:.A:. del Perú
V:. de Lima, 14.12 20

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