lunes, 7 de noviembre de 2022

UNA APROXIMACIÓN PERSONAL AL ORIENTE ETERNO

 






A L:. G:. D:. G:. A:.D:. U:.

 

S:. F:. U:.

UNA APROXIMACIÓN PERSONAL AL ORIENTE ETERNO


Es importante celebrar la muerte como parte de la vida. En nuestra Orden, desde los albores de la Masonería especulativa, esta ceremonia se constituye como una de las más importantes luego de la Iniciación de un Profano porque, desde nuestra perspectiva, es el inicio hacia un nuevo plano de la existencia. Este plano, al que denominamos “El Oriente Eterno” no es sino la existencia para la cual nos preparamos en este plano. Es por ello que el estudio de la filosofía y el entendimiento de sus misterios hacen que temamos, en cada avance de su conocimiento, mucho menos ese pase.

En Masonería el número tres un muy simbólico y lo representamos en los golpes, el saludo y otros simbolismos de la orden. Cuando nosotros hacemos el signo de duelo nos damos tres golpes que repetimos tres veces, lo que resultan 9 golpes. Este número simboliza el final de la progresión, misma que representa la muerte de cuerpo físico. En los templos masónicos el Oriente eterno se representa con una columna trunca que representa el trabajo inconcluso de los Hermanos que deberán continuar en su siguiente  morada.

Antes de nuestra iniciación, al responder la solicitud de filiación hay una pregunta muy elocuente en este sentido: ¿Cree usted en la inmortalidad del Alma?, y nuestra respuesta es recordada al momento de nuestra iniciación, cuando el V:.M:. no indica que no hubiéramos podido ser iniciados si aquella respuesta hubiera sido negativa.

Hace muy poco tuvimos ocasión de recibir un exquisito refrigerio espiritual que, sin proponérselo, nos hacía el preámbulo a la ceremonia que hoy nos reúne y definía lo siguiente:

EL CUERPO: El cuerpo físico es mortal y se transforma, no se destruye.

EL ALMA: No es físico, el alma es el Egregor, es la personalidad del ser, el alma es inmortal.

EL ESPÍRITU: Es energía y es mortal, se extingue al morir el cuerpo físico.

LA MENTE: No es físico, es el poder del espíritu humano. La mente es la perfección del espíritu. Se extingue también con la muerte física.

 

Estas definiciones se ven con claridad en este ritual que no es sino un homenaje a la vida de nuestros HH:. que nos precedieron en ese trascendental viaje. Nuestro cuerpo físico al descomponerse fertiliza la tierra que da paso a la vida vegetal representada en las ramas y flores aquí presentes, con ellas damos homenaje a nuestros HH:. en el trasuntar al siguiente plano. El alma, inmortal, representada en la rama de acacia, nos pone de relieve la trascendencia del hombre en su paso por el mundo físico y que es la huella indeleble dejada en todos nosotros. El espíritu, la energía que nos alimenta y que, desde mi perspectiva, representa la belleza del Alma, simbolizada en las flores; mismas que en su ciclo de existencia nos muestra su hermosura y aroma que siempre vivirán en nuestra mente. La Mente, alimentada por el conocimiento, nos hará comprender todos estos misterios.

Los símbolos, golpes, baterías y exclamaciones no hacen sino llevarnos al encuentro con nuestros Hermanos, es un viaje cósmico que realizamos en nuestras mentes y que nos hacen evocar su pase en este mundo.

Es pues esta ceremonia, que al formar la cadena se ve frustrada al encontrarse muchos eslabones perdidos, nos pone en perspectiva aquello que debemos hacer siempre: “No olvidar que cuando nacemos empezamos a morir”



Hermanos, rindamos homenaje a todos nuestros HH:. que hoy ocupan su columna en el Oriente Eterno, sirva su ejemplo de vida como guía y en las palabras de nuestro M:. R:. H:. JOSE ANIBAL SECADA AGNELLI (O:.E:.): HAGAMOS DE LA MASONERIA, SANGRE DE NUESTRA SANGRE, CARNE DE NUESTRA CARNE Y HUESO DE NUESTROS HUESOS”.

 

R:.H:. PIERO ANGELO ACQUAVIVA VELA

V:.M:. B:.R:.L:.S:. WOLFGANG AMADEUS MOZART N°9