sábado, 15 de marzo de 2014

MI INICIACION por Jose Adrian Perea Rios



MI INCIACION 



Estoy muy agradecido que en mi condición de profano haya sido aceptado en la orden.

La  ceremonia de iniciación, me colmo de expectativas, lo entendí como que parte de mí, moría para empezar una nueva vida, pues no tenía idea del rito y sus detalles simbólicos, los toques, las baterías, etc.

Luego en el gabinete de reflexiones,  despojado de mis pertenencias materiales, como acto de desapego de lo material y escribiendo el testamento pude meditar el alcance de las inscripciones y objetos que en él se encontraban y era lo único que me rodeaba, me hizo reflexionar que uno recorre la vida, un camino de materialismo, cuando al final de nuestra vida no podemos llevarnos nada, por lo que debemos estar siempre atentos para dar un apoyo a nuestros semejantes que lo necesitan, sea algo material o una palabra de aliento, saber que cerca hay alguien que pueda asistirlo, de ahí que se dice nuestro peor enemigo somos nosotros mismos y es tan cierto que somos una piedra tosca o una piedra en bruto, llena de imperfecciones y vicios, y que este renacimiento me impulsara cada día a seguir mejorando, creciendo espiritualmente, dejando de lado nuestro egoísmo y obrando bien por nuestro prójimo.

El haber estado con los ojos vendados sin ver la luz me hizo sentir desubicado, sin una luz que me pueda guiar y me hizo pensar que en ese estado de oscuridad vivimos muchos de nosotros en lugar de buscar y practicar la virtud y el respeto.

Los líquidos que bebí, era un contraste entre lo dulce y amargo nos indica que nuestra vida está plagada de buenas y malas acciones que asemejan a dichos sabores, al poder diferenciarlos, de la misma forma debemos hacerlos con nuestros actos y saber cuál es el bien y el mal.

Los viajes que formo parte de la iniciación, nos enseña que somos capaces de vencer los obstáculos que se nos presenta en la vida y con el bautismo al nuevo ser que renace en uno que es  purificada por el agua y fuego.

Al sacarme las vendas que cubrían mis ojos, y ver a mis hermanos apuntándome con sus espadas en dirección hacia mi pecho, me dio cierto temor porque me encontraba indefenso, desvalijado sin nada con que pudiera defenderme, pero de ahí comprendí y entendí que ese ataque no venía para mí, sino que reflejaba que estamos dispuesto a luchar por la justicia, la inmoralidad y eliminar la tiranía que en nuestra sociedad se atraviesa en todo momento.

El haber sido puesto entre columnas y el haber sido trasladado al altar de los juramentos (ara), reflejo para mí el deber y obligación que tengo para con mi logia madre y para con mis RR:. Y QQ:.HH de nuestra institución, para lo cual debo ayudar al hermano necesitado y que se encuentre en ruinas en todo momento que fuese necesario.

En resumen, nuestro cambio de vida significa que debemos perfeccionarnos, desterrar nuestros vicios, apoyar a nuestros hermanos, superar los obstáculos que se nos crucen en el camino, conocer cuál es nuestra misión en la tierra y cuando desencarnemos nuestra alma que es inmortal, también estará evolucionando.

Por todas estas razones, esta nueva vida que he iniciado, es para mí un nuevo tiempo, donde aprenderé, cultivare, irradiare la luz, para  salir del camino de la oscuridad y hallar la verdadera luz, que me permitirá convertirme en un ser con otra visión de la humanidad y ser útil aportando  un grano de arena para que mi  país progrese para una mejor calidad de vida de nuestra población y seamos buenos ciudadanos, por un nuevo Perú.

He cumplido

Q:.H:. JOSE ADRIAN VENANCIO PEREA RIOS

APRENDIZ MASON R:.L:.S:. MOZART N°9

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