jueves, 27 de julio de 2023

DISCURSO DE ORDEN POR EL CENTESIMO SEGUNDO ANIVERSARIO PATRIO 2023 E:. V:.

 

En cumplimento de mis funciones como Gran Orador cumplo con vuestro encargo S:.G:.M:. en esta importante fecha en que conmemoramos el Centésimo Segundo aniversario de la declaración de independencia de nuestra Patria. Preparando el presente discurso, lo primero que se me vino a la mente, es hacer un relato histórico sobre los hechos que originaron la independencia del Perú y por consiguiente la de América del Sur. Esta idea significaba relatar los pormenores, así como las intervenciones de cada uno de los distintos patriotas que de una u otra forma fueron los artífices de la independencia sudamericana, hechos que estoy seguro que los miembros de esta asamblea conocen y que estoy igualmente seguro ha sido tratado por excelentes historiadores e investigadores sociales.

Entonces, cual es el mensaje y cuales son los conceptos y el espíritu o la visión de nuestros libertadores; más aún que participaron en esa época, distinguidos Hermanos Masones, que solo pretendieron dejar a las nuevas generaciones un concepto de libertad, igualdad y fraternidad que cambie sus formas de pensar y también sus vidas. Para poder concatenar el tema, finalmente, me percaté que para hablar de un legado histórico, no podemos dejar de tocar la historia y principalmente en este Templo Masónico y de los Hermanos masones que de una u otra forma fueron los artífices de la Independencia Suramericana. Es importante conocer que, la masonería americana, aporto hombres modernos, cultos y progresistas en la gesta trascendental en el siglo 18 y 19 en América, larga es la lista de preclaros caballeros que alzaron sus espadas por el amor al suelo que los vio nacer. Ante esta realidad, fueron perseguirlos por sus ideas y acciones, tildándolos con todos los improperios conocidos, pero aun así los masones de América, no desmayaron y siguieron su camino hasta la victoria que fue la LIBERTAD TOTAL DE LAS AMERICAS. Muchos peruanos, a los 202 años de la declaración su independencia, desconocen de ilustres hermanos Masones que participaron activamente en ésta gesta, por lo que me permito mencionar algunos: José de la Riva Agüero, Bernardo de Monteagudo, Toribio Rodríguez de Mendoza, Mariano José de Arce, Hipólito Unanue, Andrés de Santa Cruz, José Faustino Sánchez Carrión, Francisco Javier Mariátegui, Francisco Javier de Luna Pizarro, Bartolomé de la Hera, Mariano Necochea y sigue una extensa lista de ilustres masones peruanos que lucharon a favor nuestra independencia. A nivel continental está Don Sebastián Francisco de Miranda, "Libertador de libertadores", a quien se le debe la Independencia Continental. Un inicial acuerdo del proyecto de Miranda fue conocido como Acta de Paris, y fue firmado por un grupo de revolucionarios americanos del sur, Pablo Olavide, el peruano José del Pozo y Sucre y el chileno Manuel José de Salas. Ese primer acuerdo de libertad e independencia encerraba todo un cúmulo de ideas y principios que ya venían madurándose desde hacía muchos años y esa Acta de Paris como pretendida materialización, sería presentada a todos los pueblos hispanoamericanos estableciéndose como juramento cotidiano con la mano derecha sobre la biblia, la siguiente sentencia: "Nunca reconoceremos por gobierno legítimo de nuestra patria, sino aquel que sea elegido por la libre y espontánea voluntad del pueblo" La gesta libertaria está plasmadas en las páginas épicas de la historia, las célebres Logias La Gran Reunión Americana" cuyas columnas fueron levantadas en Londres: la muy combativa 'Logia de Lautaro en Cádiz" y luego una cadena de Logias conocidas como Lautarianas originadas todas ellas de esa Madre o Gran Logia de Cádiz que nacieron en toda América Latina, alimentadas por masones ya convertidos en auténticos Maestros egresados de esos centros, que como Estrellas que irradiaron luz y libertad a todo el nuevo mundo. Esta es la historia ajustada sobre lo que los masones libertarios de América legaron, sobre ello hagamos unas reflexiones ante este magno evento, desde un punto de vista muy pragmático válido, para cualquier circunstancia histórica posterior al 28 de julio de 1821, en el contexto social global que nos toca vivir actualmente.

1.- Quienes fueron los personajes.

2.- Cual fue el común denominador de nuestros libertadores.

En Latinoamérica podemos mencionar a los siguientes: Don Simón Bolívar y don José de San Martín, cuya famosa entrevista de Guayaquil entre 26 y 27 de Julio 1822 supuso uno de los momentos clave del proceso emancipador americano. Otros libertadores destacados fueron Francisco de Miranda y Antonio José de Sucre en Venezuela, Francisco de Paula Santander y Antonio Nariño en Colombia, José María Morelos y Miguel Hidalgo en México, Manuel Belgrano y Martín Miguel de Güemes en Argentina, José Gervasio Artigas y Juan Antonio Lavalleja en Uruguay, Bernardo O'Higgins y José Miguel Carrera en Chile, Fulgencio Yegros y Gaspar Rodríguez de Francia en Paraguay, Túpac Katari, Manuel Ascencio Padilla y su esposa Juana Azurduy en Bolivia, Túpac Amaru II, Francisco Antonio de Zela y Andrés de Santa Cruz en Perú, José Bonifacio en Brasil, Juan Pablo Duarte en República Dominicana, Francisco Morazán en Centroamérica y Carlos Manuel de Céspedes y José Martí en Cuba. Todos estos personajes tenían conceptos y sentimientos muy claros de lo que significaba la palabra libertad, bajo la acepción de la capacidad que posee el ser humano para poder obrar según su propia voluntad, a lo largo de su vida y por tanto responder por sus actos, este concepto es importante y obviamente estaba asociado a dos importantes conceptos también, como son igualdad y justicia. La igualdad, en un país como el Perú no es otra forma que igualdad de oportunidades, que propugna que un sistema es socialmente justo cuando todas las personas potencialmente iguales tienen básicamente las mismas posibilidades de acceder al bienestar social y poseen los mismos derechos políticos y civiles. La Justicia es aquello que en cuya protección puede florecer la ciencia, y junto con la ciencia, la verdad y la sinceridad. Es la Justicia de la libertad, la justicia de la paz, la justicia de la democracia, la justicia de la tolerancia, por tanto la justicia para los hombres por igual. Bajo esto elementales conceptos traer a la memoria colectiva el sentido de estas fiestas cívicas, y remontarnos más doscientos años atrás e intentar comprender los ideales políticos que inspiraban a los peruanos de entonces, los precursores y los actores de la Independencia del Perú, en los cuales primaba el espíritu de la Ilustración del siglo de las luces, buscando para todos los ciudadanos el reconocimiento de su dignidad como seres humanos y el abandono de la minoría de edad de la razón, que consista para el espíritu ilustrado, en la capacidad de pensar por sí mismos, operada en el hombre por la educación y la autonomía, vale decir, cultos e independientes. Ahí está el caso de tantos nombres ilustres como el de Hipólito Unanue. Solo quiero hacer notar que todos ellos se inspiraron en el ideal ilustrado queriendo hacerlo realidad en el Perú. Pensaban en el futuro, que sería el mejor legado que podrían dejarnos a las generaciones sucesivas. En estos más de doscientos años transcurridos, la visión de la vida y esos ideales ilustrados han evolucionado, con rapidez vertiginosa, diría yo, en las últimas décadas del siglo XX. Los principios éticos del honor, la justicia, la magnanimidad, el bien común, la valentía, la honestidad, la veracidad, parecieran haber sido sustituidos en la vida pública y en la privada por otros móviles y fines para la acción y la vida humana. Ideologías nacidas en un clima agnóstico e individualista han persuadido a muchos que la utilidad y el interés son los móviles válidos para el hombre moderno. Asimismo, esos fines justificarían los medios. Y así, persuadidos de la sentencia HOBBESIANA de que el hombre es un lobo para el hombre, se ha hecho un pacto social en muchos lugares para sobrevivir democráticamente, buscando a la vez con ferocidad el éxito o el interés personal a ultranza. Si nuestros antepasados tenían claros sus ideales políticos y los valores morales que los inspiraban, hoy tenemos la imperiosa necesidad de aclarar la visión ética de la vida y la real naturaleza del existir humano. Todo ello es urgente tanto para el ámbito político, como para el familiar y el social. No es cierto que el valor supremo para el hombre sea el dinero o el poder, o ambos; ni tampoco que la relativa felicidad de la vida temporal se encuentre en los bienes materiales, en un hedonismo egocéntrico y desenfrenado. No es cierto. Todo lo contrario. Es un grueso error antropológico, experimentado siglos atrás por tantísimos pueblos y civilizaciones. Es más, dichos móviles son la expresión de una profunda crisis moral en las sociedades que los ostentan. Solo se logra superar esas crisis de valores con energía moral. Los ciudadanos, hoy día hemos de invertir en nosotros mismos y principalmente en la educación de los demás, especialmente de la juventud, en energía moral para poder construir así, con valentía el propio espacio familiar y social, sin falsos determinismos ni cómodos abstencionismos. Por algo somos libres como nos lo recuerda nuestro Himno Nacional y ojala seámoslo siempre, pero no solo con autonomía política y jurídica, sino libres con libertad moral. Ser libres moralmente, requiere, como es bien sabido, un compromiso serio con los principios del código ético para el obrar humano. Conmemoraciones como las Fiestas Patrias, con tantos ejemplos heroicos de virtudes, son una oportunidad para estimular ese compromiso. Asimismo, al experimentar con viveza las raíces comunes que nos unen como peruanos y al contemplar una vez más nuestra historia - de la cual tanto podemos aprender y sentirnos orgullosos- es ocasión para llenarnos de esperanza en el mañana. Debemos estar, a la altura moral que las circunstancias actuales nos demandan y hemos de fomentar alrededor nuestro el optimismo, dándonos cuenta, una vez más, que poseemos un riquísimo legado cultural, histórico, fuente de muchas riquezas. Vivimos, asimismo, en una nación con extraordinario potencial natural sin explotar aún. Poseemos un capital humano con enorme energía por su composición juvenil, requerida de educación y oportunidades de trabajo. Constituimos una nación, noble y digna, que exige de nosotros el empeño por impulsar el cambio social y el desarrollo económico, objetivos comunes que deben unirnos a todos los peruanos hoy y mañana, sin distinción de credos políticos. Debemos pues, ser tolerantes bajo cualquier circunstancia y debemos aprender que cada uno de nosotros ocupa un espacio en nuestro querido Perú y que hemos de mostrar al mundo con orgullo. Este es el legado que debe dejar nuestra generación a las generaciones futuras, de tal forma que se cumpla lo que nos dejaron nuestros libertadores.


R:.H:. RAMON BRINGAS VARGAS

            GRAN ORADOR

Reseña bibliográfica: Compilación de discursos y escritos de Ricardo Palma.

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