A:.L:.G:.D:.A:.D:.U:.
La palabra
iniciación proviene del vocablo latino “initium”
que literalmente significa “principio”.
He aquí la importancia del significado de esta palabra, toda vez que
“principio” es una introducción a un
medio de “comprensión”, a un proceso de “desarrollo” o evolución personal. También,
proviene del Latín la palabra “Initia” que es un término genérico que se
refiere a los “misterios”. Los misterios no significan nada extraño ni
pavoroso, sino un conocimiento esotérico o privado. En todo tiempo han
existido. Siempre hubo secretas enseñanzas que se transmitían verbalmente, de
generación en generación, pues estaba ordenada su permanencia en las sombras de
lo desconocido ante las multitudes que constituían el mundo profano. La ruptura
del misterio que las envolvía se castigaba severamente con la pena de muerte.
Citando a
Herodoto: “Respecto de esos Misterios, y
todos, sin excepción. Me son conocidos, mi boca se cierra guardando el más
religioso mutismo.”
En realidad los
misterios eran una gnosis, una sabiduría
superior, que se impartía a los buscadores de la verdad en forma secreta,
en condiciones prestablecidas para preservar ese conocimiento de los curiosos,
de los profanos o de los malvados.
Por “superior” podemos entender que se trata
de un conocimiento que trasciende la información profana y corriente del día a
día, que aun desafía la razón, la inteligencia y la imaginación del hombre
moderno; conocimiento, que es de índole sagrada y por consiguiente elevada. Se
pensó que el conocimiento era de origen divino, revelado a través de los
oráculos y los sacerdotes. Estos misterios- sabiduría
superior- fueron y aún siguen
siendo, el origen del universo, del hombre, de la naturaleza, del nacimiento y
de la muerte, de las manifestaciones de los fenómenos naturales y de la vida
después de ésta. Y, por supuesto, de los dioses. De este modo, solamente las personas que eran
dignas podían recibir las enseñanzas de los misterios, mediante una iniciación.
Exactamente,
que es una iniciación? Según el egiptólogo Belga Max GUILMOT, Dr.
en filosofía, en su trabajo ¨El Proceso
de las Iniciaciones en el Antiguo Egipto¨ lo explica así:
“Debe
hacerse una distinción entre su procedimiento, es decir, entre su operación
funcional y su propósito. Este
objetivo es un estado o condición de preparación.
Esta consiste en una serie de pruebas y procesos que el Iniciado tiene que
pasar, para determinar si merece ser elevado a una posición religiosa o social más
alta. La preparación es una forma de
instrucción, una enseñanza, generalmente en forma simbólica, de un conocimiento
especializado.
El
aspecto funcional de la
Iniciación es su estructura ritualista. Se imprime en el iniciado la
importancia de la pruebas en una forma dramática,
o sea, se le representa el propósito y lo que se espera de él. Esta forma de iniciación
tiene un impacto emocional sobre el individuo, lo que no haría solo un discurso
dialectico o retorico.
Los
acontecimientos dramáticos de la Iniciación son intentados para aprovechar toda
gama emocional del individuo. Por ejemplo, puede originar miedo, ansiedad, depresión
momentánea, y, por último, un regocijo que puede llegar al éxtasis. La
verdadera Iniciación esotérica – como es representada actualmente por
organizaciones fraternales de naturaleza mística, metafísica y filosófica –
incorpora esos fundamentos usados en las iniciaciones del Antiguo Egipto, Roma,
Grecia y determinadas sectas de la Edad Media.
El
ingreso a las antiguas escuelas de los misterios, era siempre en forma de una Iniciación.
La gnosis, el conocimiento especial que sería comunicado al candidato, fue considerado
de naturaleza sagrada. Se pensó que el conocimiento era de origen divino,
revelado a través de los oráculos y los sacerdotes. Por consiguiente, la
Iniciación, en su antigua característica, tenía un sincronismo de religión, de
metafísica y de lo que podemos llamar filosofía moral”
Así mismo, en
el artículo ¨Es posible la Iniciación Personal¨, del Dr. Ralph M. Lewis,
publicado en la Revista ¨El Rosacruz¨, se recogen las siguiente ideas.
¨La
iniciación tiene que ser algo más que una experiencia mental o intelectual. Una
representación lógica del simbolismo y la aclaración de principios filosóficos
no son suficientes. Tiene que haber una experiencia esotérica y una elevación
emocional, una especie de regeneración espiritual por medio de la cual el individuo
siente que ocurre un cambio dentro de sí mismo, y no solamente en el medio que
lo rodea.
Como
la iniciación esotérica es pues de índole mística y produce un tránsito en la
conciencia, la ceremonia en que toman parte muchas personas y que tienen muchas
funciones y actos externos, deben ser preparadas muy cuidadosamente y por aquellas
personas que conocen la técnica de la iniciación. Si no se hace así, el ritual
por sí solo, fracasará en su propósito, puede llegar a ser tan objetivo, por el
atractivo que ejerza en la razón y en la curiosidad, que impida al candidato a
entrar, ni siquiera momentáneamente, en aquel estado subjetivo mediante el cual
se produce y se realiza la iniciación.
Para que el candidato reciba la iniciación debía demostrar
su debida calificación, debía demostrar que está poco satisfecho con el orden
prosaico de su vida, debía desear adquirir un nuevo poder, producir un tránsito
en su pensamiento y en los asuntos de su vida; su propósito debía estar de
acuerdo con el gran valor que se asignaba al conocimiento y poderes que
recibiría en su iniciación; debía demostrar por su preparación y pruebas que
estaba listo para recibir este gran honor; estar listo consiste en pureza
mental, capacidad mental para comprender, y muchas veces ciertas calificaciones
físicas también, como buena salud.
Psicológicamente,
los elementos de la iniciación, por lo que respecta al individuo, son:
(a)
Acudir
a la introspección, analizarse honradamente a sí mismo.
(b)
Aspirar
a alcanzar el ideal que pueda vencer las deficiencias que ha observado en su
propia vida
(c)
Obtener
del individuo compromisos sagrados, una promesa formal, que hará a sí mismo y a
otros, de que tratará de realizar sus aspiraciones.
Así
mismo, considera, en su artículo, que la estructura de todas las verdaderas
ceremonias iniciáticas por medio de las cuales entramos a los misterios y
tenemos acceso a ese conocimiento excepcional consiste de cuatro elementos:
Separación. Consiste de un ritual por medio del cual
se graba en el candidato la idea de que va ocurrir un tránsito en su
conciencia, debe apartarse del antiguo régimen de ideas y acciones. Esta
separación se efectúa algunas veces de manera dramática, vendado los ojos del
candidato o haciéndolo entrar en un cuarto oscuro, donde pudiera
intencionalmente haber mucho ruido, para representar el caos y el cambio de un
estado de mente y de vida a otro.
Admisión. Por medio de varios actos
impresionantes, se hace comprender al individuo que está entrando en un plano
superior de pensamientos que él está renaciendo en su conciencia. Debe llegar a
saber que ha dejado atrás de sí sus conceptos pasados y sus maneras erradas y
que se ha elevado a un plano de percepción y de apercepción más elevada de la
existencia. Durante esta ceremonia pudiera ser que real y verdaderamente lo
levanten de un sarcófago o ataúd para simbolizar el renacimiento en un plano de
pensamientos avanzados.
Exhibición. En esta etapa se revelan al individuo
sagrados símbolos y signos, preceptos y verdades de la nueva gnosis que se le
confía. Esos signos muchas veces indican los conocimientos que se le impartirán
a medida que progrese en los misterios.
Reingreso. Esta cuarta etapa es fundamental de la
Iniciación. Es una preparación para el regreso verdadero del iniciado, una vez
más, al mundo profano de donde vino. Primero se le hace prestar promesa solemne
por la que se compromete a conservar en secreto sus experiencias, también
toques, palabras y símbolos. También se le dice que aplique sus experiencias a
su vida pues aunque regresa al mundo después de haber renacido, ha
experimentado un tránsito en su constitución espiritual y mental y debe de
vivir de acuerdo con su nuevo estado de esclarecimiento”.
Así, se verá
que la iniciación fundamentalmente comienza
en la mente y en la naturaleza emocional del individuo. Este debe
criticarse a sí mismo, tiene que tener la aspiración de elevarse por encima de
su presente estado moral e intelectual; debe desear la mejora de su ser. La
verdadera iniciación es fundamentalmente de naturaleza mística; es la elevación
de la conciencia por medio de la cual ocurre una transformación de la
personalidad manifiesta.
El yo debe
quedar iluminado, dotado de una nueva Gnosis, por medio de todo lo cual se le
revelarán nuevos horizontes de comprensión y de realización. Si no existe ese
estado de gracia, psíquico, intelectual y emocional, el individuo no ha sido
iniciado.
En ese sentido,
todo lo descrito contribuye sustancialmente para que el candidato ¨inicie a su propia conciencia¨. Otras
personas contribuyen a este propósito actuando sea como director, orientador, preceptor
o guía, pero tiene que ser “el mismo
quien se inicie” por la actitud mental y psíquica predispuesta en todo el
proceso ritualístico.
M:. M:. Alfredo
Rondón Castro
B:.R:.L:.S:.Delfos
No.3
Serenísima Gran
Logia Nacional del Rito E:.A:.A:. del Perú
Lima, 24 de
enero del 2020
Bibliografía
consultada
“El
Proceso de las Iniciaciones en el Antiguo Egipto”. Max
Guilmot. La Gran Logia Suprema de AMORC, INC. 1980. San José California. E.U.A.
“Es
Posible la Iniciación Personal”. Dr. Ralph M. Lewis. Revista
“El Rosacruz”. Marzo, 2018.
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