A:.L:. G:.D:.G:.A:.D:.U:.
El simbolismo que se encuentra manifestado en nuestro Templo es evidente
y notorio; desde el primer momento que el profano es admitido y al caminar por
el mosaico del Templo y ve la Luz como Aprendiz, comienza a identificar, a
conocer o a reconocer, según el caso, el Número Tres, en el ornamento y también
en las primeras lecturas de su manual de Aprendiz.
Su atención y sana inquietud
lo lleva a reconocer las tres Grandes Verdades, La Biblia, la Escuadra y el
Compas sobre la Shekinah, así como las tres grandes Luces que adornan la
Shekinah, los tres golpes de mallete, las tres gradas para subir al oriente, los
tres pasos, las tres Columnas simbólicas: Sabiduría, Fuerza y Belleza; y así
por adelante muchos otros elementos que constituyen el simbolismo y a la vez la
sabiduría de nuestra Augusta Orden.
Todas esas expresiones materiales no hacen más que reflejar el
equivalente que existe en el mundo espiritual, superior, manifestadas en el
simbolismo masónico, como la Luz, la Vida, y el Amor: ¨Como es arriba es abajo, como es abajo es arriba¨.
Citando a Aldo Lavagnini, en el ¨Manual
del Aprendiz Mason¨ encontramos la descripción de la trilogía constituida
por el Ven:. M:. quien representa la Sabiduría,
facultad inventiva, o sea la
inteligencia creadora, que concibe y manifiesta interiormente el Plan del Gran
Arquitecto; la Fuerza que corresponde
al Pr:. V:. es la facultad volitiva,
que se esfuerza en realizar lo que la primera concibe; y la Belleza,
representada por el Seg:. Vig:. Es la facultad
imaginativa, que adorna y perfecciona la obra realizada por las dos
primeras
De este modo
podemos percibir que el número Tres posee un gran significado en el estudio y
el simbolismo de la ciencia regia. Debemos considerar que el número tres es un
resultado cuyo origen indefectiblemente deriva del Numero Uno; del principio,
del comienzo del Infinito hecho visible. En palabras del matemático, filósofo, astrologo,
metafísico, músico, Pitágoras de Samos, creador de la Escuela Pitagórica,
ubicada en Crotona, sur de la Península Itálica, quien vivió en siglo VI antes
de la era vulgar, en su estudio sobre la creación propone que todo deriva de la
Monada, La Fuente, el Uno, que se bifurca en dos polaridades, dos elementos,
dos sustancias. De esta mónada nace la
dualidad indefinida que sirve de sustrato material a la mónada, que es su
causa.
¨De la mónada y la dualidad indefinida surgen los números;
de los números, puntos; de los puntos, líneas; de las líneas, figuras planas;
de las figuras planas, cuerpos sólidos; de los cuerpos sólidos, cuerpos
sensibles, cuyos componentes son cuatro: fuego, agua, tierra y aire; estos
cuatro elementos se intercambian y se transforman totalmente el uno en el otro,
combinándose para producir un universo animado, inteligente, esférico, con la
tierra como su centro, y la tierra misma también es esférica y está habitada en
su interior. También hay antípodas, y nuestro ‘abajo’ es su ‘arriba’¨. Del escrito
de Diógenes Laercio, Vitae philosophorum VIII, 15.
Como
resultado de la combinación de los Diez Puntos, los pitagóricos elaboraron la
figura denominada Tetraktys, figura triangular que consiste en diez puntos
ordenados en cuatro filas, como un símbolo místico, que se compone de: «La
Unidad: Lo Divino, origen de todas las cosas. El ser inmanifestado.» «La Díada:
Desdoblamiento del punto, origen de la pareja masculino-femenino. Dualismo
interno de todos los seres. “«La Tríada: Los tres niveles del mundo: celeste,
terrestre, infernal, y todas las
trinidades. » «El Cuaternario: los cuatro elementos, tierra, aire, fuego y
agua, y con ellos la multiplicidad del universo material. De este modo, « El
diez resulta de sumar 1+2+3+4, la monada, la diada, la triada, y la tétrada. Comprendiendo
el punto la línea la superficie y el volumen. EL 10 representa la totalidad del
universo, el 10 vuelve a ser 1 retornando a la unidad, y cerrando el círculo.
M:.M:.
Alfredo Rondon Castro
R:.L:.S:.
Delfos No.3
Serenísima
Gran Logia Nacional del R:.E:.A.:A:. del Perú
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